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En muchos proyectos ganaderos, todavía es común ver a productores que comienzan sus inversiones con la compra de genética superior, creyendo que el rendimiento del hato depende únicamente de animales de alto potencial.
Sin embargo, esta visión es técnicamente equivocada. La verdadera base de un sistema ganadero eficiente comienza en el pasto, no en el animal.
Sin una nutrición adecuada y una estructura de manejo compatible, el potencial genético nunca se expresará completamente, lo que resulta en bajo desempeño y pérdida de recursos.
🔻 Enfoque común (e incorrecto):
Genética
Pasto
Potreros, agua e infraestructura de manejo
✅ Orden técnicamente recomendado:
Pasto
Potreros, agua e infraestructura de manejo
Genética
Este simple cambio en las prioridades transforma por completo los resultados productivos y económicos de la finca.
La genética superior, por sí sola, no garantiza productividad.
Para que un animal exprese todo su potencial, necesita un entorno adecuado en nutrición, sanidad y confort.
Por eso, el pasto se convierte en el verdadero fundamento del sistema ganadero.
Pasturas bien establecidas y correctamente manejadas proporcionan forraje de calidad constante, reducen los costos con suplementación y aumentan la carga animal por hectárea, fortaleciendo la rentabilidad del sistema.
La selección de la forrajera ideal debe considerar:
Las condiciones edafoclimáticas de la finca;
El tipo de sistema de manejo (intensivo, semi-intensivo o extensivo);
El perfil genético de los animales que se utilizarán.
Después de elegir la especie forrajera, es momento de planificar:
División adecuada de potreros;
Sistema eficiente de suministro de agua;
Instalaciones y facilidades de manejo que garanticen control del hato y bienestar animal.
Solo después de consolidar la base forrajera y la infraestructura de manejo, se debe invertir en genética animal.
Con el ambiente ideal establecido, el rendimiento productivo será natural, constante y rentable.
El pasto es el corazón de la ganadería.
Invertir primero en forrajes adaptados y en una infraestructura bien planificada es lo que garantiza la plena expresión de la genética animal y la sostenibilidad del sistema a largo plazo.
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