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El éxito en el campo depende de una logística de almacenamiento y distribución eficiente, capaz de preservar el vigor y la germinación hasta el momento de la siembra.
Las semillas almacenadas en condiciones inadecuadas pueden perder rápidamente su viabilidad, comprometiendo la productividad de los pastos y la rentabilidad del productor pecuario.
En este artículo, detallaremos las buenas prácticas logísticas para semillas tropicales, basadas en condiciones naturales de conservación y en modelos de distribución que garantizan mayor seguridad y calidad.
Las semillas forrajeras tropicales mantienen su calidad fisiológica cuando se almacenan en lugares con una temperatura promedio de 20 °C y una humedad relativa del aire inferior al 50%.
En regiones de clima seco y altitudes medias, es posible conservar semillas hasta el mes de diciembre sin necesidad de climatización artificial, reduciendo costos y garantizando un alto vigor.
Uno de los modelos más recomendados es el de la bodega central (bodega madre), donde el inventario principal se almacena en condiciones ideales. Desde allí, los lotes se envían de manera escalonada, de acuerdo con la demanda real de cada región.
Este método minimiza la exposición de las semillas a ambientes cálidos y húmedos, reduciendo el riesgo de deterioro fisiológico y aumentando su vida útil hasta llegar al productor.
📌 Caso de éxito: En Colombia, un distribuidor almacena semillas en Bogotá, a gran altitud y baja humedad. Desde allí realiza entregas semanales a las tiendas regionales, que trabajan con inventarios de máximo 10 días. Resultado: las semillas llegan al productor con calidad preservada.
No basta con tener un buen sistema logístico. Es esencial que los equipos comerciales y gerentes locales estén capacitados para comunicar y aplicar las buenas prácticas de conservación y distribución.
Un equipo entrenado fortalece la confianza del productor, refuerza la imagen profesional de la marca y garantiza que el cliente final reciba un producto con alto valor fisiológico y garantía de germinación.
La conservación de semillas forrajeras tropicales va más allá de la tecnología agrícola. Comienza con el almacenamiento adecuado, continúa con la distribución escalonada y se consolida con la participación activa del equipo comercial.
Al seguir estas prácticas, distribuidores y revendedores aseguran al productor pecuario lo más importante: semillas de alta calidad, listas para generar pasturas productivas y sostenibles.
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